«La tragedia del girasol» en seis párrafos: a lo Bianquetti
«La tragedia del girasol», un título contundente que se convierte en inolvidable una vez «liquidado» el libro. Su desarrollo en cerca de 400 páginas deja una evidente huella negra, maniobrar como una tortuga a lo largo de su lectura resulta imposible y desear larga vida a Bianquetti se convertirá en un pensamiento recurrente para todo aquel que decida acompañarle en su negro viaje hacia el infierno.
La trama
Velar por la seguridad de otros en compañía de «12 pescadores de hombres», un soldadito y un cerdo con mucha cara, desemboca en una ejecución por la espalda en público y en una ejecución a la cara en un baño público. Verbos como presenciar o indagar llevarán a Bianquetti a ser perseguido, secuestrado, inducido a abandonar sus funciones, a sufrir varios intentos de asesinato o a ser manipulado ineficazmente por quien cruzó la frontera de la legalidad atravesando campos de girasoles sobre sus tacones de aguja. Por el sendero de lo ilícito, la muerte se cruzará varias veces en su camino... Y cuando la baja sea una víctima de la mala vida, humano y receptivo, Bianquetti se sentirá golpeado por la dolorosa culpa.
Manuel Bianquetti
Un agudo y listo grandullón que disfruta poniendo motes, porta un revólver y recorre el asfalto gaditano montado en un Kadett prestado. Puñetero, cretino e irreverente no le gusta que le den ordenes: prefiere ir a su aire y ser desagradable a posta. Con fama de problemático, es un duro detective de rostro poco agraciado. Tierno y empático con las desgracias ajenas, vive en la húmeda Cádiz por amor y es un tipo legal al que no le tiembla el pulso. ¡Enorme personaje literario! Un castigador de la tontería humana con sus salidas y un conquistador de lectores capaz de cambiar de dirección el viento de Levante de un soberano guantazo.
Los golpes de humor y las comparaciones
El empleo de ambos recursos, con fines expresivos, es de lo más eficaz. Una expresividad en negro que provoca carcajadas al más serio lector, tiñe de negro los sentimientos o detalla la colosal presencia de Bianquetti y lo que el suscita ante su presencia. En definitiva, vuestro tournesol lector será bañado por los rayos de un cálido sol, que solo os impondrá una condena final: la espera, el retorno de Manuel Bianquetti.
Las descripciones
Desde la belleza vestida de negro describiendo los cinco sentidos de un ser humano en peligro como si de un animal acechado se tratara, a un cielo embellecido por una gama de tonalidades amplia hasta decir basta. La semblanza de la tristeza en un rostro, en una mirada inerte o la delicada piel de una mujer cobrarán vida a través del filtro de vuestra imaginación.
La acción
El incombustible detective se batirá, mano abierta, en un «callejón» cualquiera como si de un gánster de Chicago se tratara, se enfrentará a la ejecución por la espalda cual vendetta siciliana o sufrirá las trágicas consecuencias de la rivalidad existente entre dos bandas del Bronx. Y todo ello en tierras andaluzas y a lo clásico, a lo negro brillante... En resumen, a lo Bianquetti.
Qué gran reseña! Mira, no hubiera venido mal hoy por Cádiz un guantazo de esos para cambiar la dirección del levante...
ResponderEliminarBesotes!!!
Gracias. Sé que lo has imaginado. Por favor, cuando hables con él, dile que en el norte vive una gran admiradora. Los veranos son templados... Un beso, Margari.
Eliminar¡Gran reseña! Has tocado todos los puntos de la novela, pero lo mejor de ello, sin desvelar nada y, es algo que es complicado por los engranajes de la novela. Por lo menos yo, quiero saber más cosas de él.
ResponderEliminarGracias. Espero que todo aquel que tenga a bien leerla, lo primero que haga sea ir a comprar la novela. Resulta muy entretenida y Bianquetti es lo más. Mejórate y un enorme placer coincidir contigo de nuevo en una lectura simultánea.
EliminarQué buena Ana. Así es, tal cual lo has descrito. Me he reído mucho leyéndote. Me encanta!!!
ResponderEliminarConcha de mi vida. Ja, ja, ja. Gracias. Me ha afectado el viento de Levante y, por supuesto, la culpa la tiene un guantazo de Bianquetti. Se te aprecia.
EliminarMe ha encantado tu reseña Ana, especialmente como desgranas la trama con unas pocas palabras escogidas. El final de tu Bianquetti "un conquistador de lectores capaz de cambiar la dirección del viento de Levante de un soberano guantazo" es puro Caviar, Un beso.
ResponderEliminar¡Gracias! Tu opinión es importante. Y no miento, nos conquistó en «La maniobra de la tortuga» y todos sus «seguidores» estábamos esperando esta entrega. No me lo he imaginado físicamente, pero su forma de ser la tengo grabada a fuego... Y sus guantazos, claro. Dos besos.
EliminarFantástica reseña. Bianquetti en estado puro. Me encantan tus descripciones de todo y todos. Besos mil. 😘
ResponderEliminarMuchas gracias, Gema. Accidentada estuve contigo, pero he podido reparar el «daño». ¡Bianquetti a lo grande! Tenía que ser el protagonista del comentario, me gusta demasiado. Mil veces mil besos para ti.
EliminarMaravillosa tu reseña, Ana, tanto que leyéndola dan ganas de saltar a por el libro ya, y eso solo se consigue dando pinceladas pero sin contar demasiado, dejando la intriga en el aire. Maravilloso Bianquetti y excepcional tu forma de presentarlo. Como siempre, chapeau!!!
ResponderEliminar¡Oh! Siempre te digo lo mismo, pero es que eres demasiado amable conmigo, de verdad. Bianquetti sí que es maravilloso. Mucho me gustó en la primera entrega, pero en esta aún más y creo que su futuro debe seguir siendo la investigación privada. Lo esperaremos... Un abrazo cariñoso, Loli.
EliminarMuy buena reseña,tocas muchos temas sin contar la novela. Esta será una lectura de verano.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Pilar. No sé si será la lectura de este verano, pero espero que si alguien lee mi entrada, se anime a comprar la novela. Se engancharán a Bianquetti sin duda. Besos y un abrazo. Gracias, también, por todo lo que compartes a través del Twitter.
EliminarMagnífica reseña Ana, aunque no desprecio ninguna de las demás cualidades que tiene, me quedo con la originalidad y la frescura a la hora de exponer tu opinión. Bravo!!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Ángela. Es una manera de pasarlo bien, jugando con algo que me ha gustado y me ha dado tan buenos momentos. Sé que también eres una admiradora de Bianquetti, pero lamento decirte que lo tienes que compartir conmigo. Ja, ja, ja. Bravo a ti por tu talante y por tu presencia. Un beso muy cariñoso.
EliminarUna reseña magnífica, muy literaria y bien hilada. Es un honor que hayas leído mi novela. Gracias y un abrazo.
ResponderEliminarTodo se lo tenemos que agradecer al gran Bianquetti. Ha sido capaz de unir a personas muy diferentes. Sin él, jamás hubiéramos entrado en contacto. Esta es la grandeza de la literatura. Un abrazo y éxito.
EliminarSoy tu fan número uno, y no se me pongas colorá, porque es así y así está bien, me he quedado pegada a cada uno de tus párrafos y yo si me he imaginado físicamente a Bianquetti, sus manazas capaces de cambiar la dirección del viento y ese pie calibre 50 que cualquier día campa por mi casa, y no es que espere a Bianquetti precisamente es que en mi casa mis hijos ya calzan un calibre 47. Un placer leerte
ResponderEliminarGracias a la persona que hay detrás de 'detintaenvena' por darme el mejor momento yincanero en lo personal. Si por ello tengo que dejar que me estropeen mis «manolos» con un pisotón del calibre 50, «solo» puedo tener una actitud: así ha sido ahora y así seguirá siendo. Se te estima.
EliminarCarmina miente. Créeme. Tu fan número uno soy yo y, si acaso, ella es la segunda. Porque leer tus reseñas es leer verdad y elegancia y eso lo hace muy poca gente. Porque, a veces, la verdad no se aprecia nada más que por quien quiere verla y la elegancia está ahí, se tiene o no se tiene y no se puede comprar. Y a ti te sobra.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias por pasarlo de puRa madre con Ana y muchísimas gracias por leer muy atentamente a Ana M. Iré contigo arriba o abajo, donde toque, pero ten claro que en ambos casos me haré un Yves Saint Laurent de sport. Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija. Merci mille fois, que yo soy muy blanquita de piel. Se te quiere.
EliminarPoco más puedo decir que no te hayan dicho antes; solo te diré ¡bravo!, razones hay a cascoporro, calidad, elegancia, sinceridad, etc. etc. créeme Ana, es una delicia leer tus reseñas. Besos
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias, Pedro! Muy amable, pero... Nadie me lo dijo y es importante. Permíteme que en esta respuesta repare un error 'imperdonable': el autor de «La tragedia del girasol» es Benito Olmo. Un abrazo y en unas horas nos volvemos a encontrar, caballero. Siempre es un placer.
EliminarBianquetti ha pasado a formar parte de mi largo listado de polis chungos que me gustan, ¿qué le vamos a hacer?
ResponderEliminarUn gracias inmenso, Eva. Es demasiado emotivo para mí leerte en los últimos tiempos. Encontrarme hoy con este mensaje algo lo mitiga. Todo se «normalizará»... ¡Que no tarde! Un abrazo, eres un ejemplo.
EliminarComo a ti, Bianquetti me gusta mucho, aunque no sé si tanto como tu reseña porque tú también eres demoledora y resolutiva a la hora de plasmar lo que piensas de un libro. S2
ResponderEliminar¡Arturo, muchísimas gracias! Que sepas que me he quedado con ganas de una cosa: ¡montarme en el Kadett de Bianquetti! Va a ser un poco difícil, pero no lo descarto. Qué personaje... Un abrazo.
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