«Mujeres errantes», de Pilar Sánchez Vicente. ¡Bravo seis veces!
Una inteligente historia, llena de humor y excepcionalmente narrada en varios registros, cuenta con un despliegue temático de aquí y de allá acertadísimo que sorprende, engancha y pone encima de la mesa un abanico de circunstancias que acogen y sobrecogen.
El carisma narrativo, la originalidad en su construcción y la profundidad de su contenido acompañan a una trama abrumadora e imperecedera que nos deleita, además, con unos personajes «realistas» nacidos de una gran imaginación.
«Mujeres errantes» es un extraordinario y admirable encaje de bolillos literario: un libro que, una vez disfrutado, permanecerá en un lugar destacado de vuestra biblioteca física y de vuestro futuro embotellado lector (Léase el libro para entenderlo, por favor).
El carisma narrativo, la originalidad en su construcción y la profundidad de su contenido acompañan a una trama abrumadora e imperecedera que nos deleita, además, con unos personajes «realistas» nacidos de una gran imaginación.
«Mujeres errantes» es un extraordinario y admirable encaje de bolillos literario: un libro que, una vez disfrutado, permanecerá en un lugar destacado de vuestra biblioteca física y de vuestro futuro embotellado lector (Léase el libro para entenderlo, por favor).
La trama
Una vuelta al hogar a modo de reencuentro con uno mismo, y en vías de una reconciliación, se ve truncada por un último suspiro de lo más revelador. Dará comienzo así el periplo hacia unas raíces desconocidas, de una superviviente de sí misma en compañía de una urna y de una gran pregunta: ¿quién soy? Esta interrogante os llevará del presente al pasado en todo un completo itinerario por reveladoras personalidades y acertadísimos escenarios, en definitiva un enorme paseo por la vida errante de personajes de «ficción» que bien podríamos ser tú o yo.
El elenco
Desde unas cartas llegadas de ultramar procedentes de una misión nicaragüense o una irreverente Chata educada en la escuela de la vida, a la Tiesa: aquella que partió y actuó en busca del bienestar que su origen le negó. Tres piezas de un puzle con dos puntos en común, un personaje más de la novela en forma de barrio pesquero, Cimavilla, y la arrebatadora y ejemplar Greta: una escritora de éxito marcada por sus excesos, su talento y su maravillosa imperfección.
A estos vagones del tren de la vida se irán subiendo a lo largo de la novela, personajes secundarios que no harán más que servir de catalizadores para el desarrollo de un recorrido existencial con paradas en estaciones tanto singulares como atractivas y no solo físicas, sino también de la condición humana.
A estos vagones del tren de la vida se irán subiendo a lo largo de la novela, personajes secundarios que no harán más que servir de catalizadores para el desarrollo de un recorrido existencial con paradas en estaciones tanto singulares como atractivas y no solo físicas, sino también de la condición humana.
La profundidad
Los comportamientos, costumbres y expectativas enmarcadas socialmente en su época y los valores de ayer y hoy, dentro y fuera de nuestras fronteras, de hombres y mujeres, privilegiados o no.
El complejo entramado que supone las relaciones humanas sanas o perniciosas, la mentira y sus porqués, el irreal mundo de las apariencias y cómo marca el qué dirán o la miseria a la hora de actuar.
El bulling y el significado de ser extranjero en un país lejano, la caída en la drogadicción, lo que conlleva y cómo se llega y se sobrelleva.
Se nos muestra, en definitiva, la profundidad y el embrujo de la mar brava que es la existencia, donde el buen hacer de Pilar Sánchez Vicente propicia una navegación lectora en calma y siempre, siempre viento a favor.
El complejo entramado que supone las relaciones humanas sanas o perniciosas, la mentira y sus porqués, el irreal mundo de las apariencias y cómo marca el qué dirán o la miseria a la hora de actuar.
El bulling y el significado de ser extranjero en un país lejano, la caída en la drogadicción, lo que conlleva y cómo se llega y se sobrelleva.
Se nos muestra, en definitiva, la profundidad y el embrujo de la mar brava que es la existencia, donde el buen hacer de Pilar Sánchez Vicente propicia una navegación lectora en calma y siempre, siempre viento a favor.
La originalidad
En pasado, en presente o mediante misivas, la estructura del libro es magnífica. Cambia el tono y el registro dependiendo del narrador, pasando el lector de la carcajada y la perplejidad de la mano de una sabia e irreverente Chata, a la conmiseración por el contenido de unas cartas y la admiración hacia quien las escribe, o a sentir una absoluta devoción por el alma sensible de Greta: todo un acierto como hilo conductor.
La no ficción
Hay que remarcar la efectividad a la hora de integrar figuras de relevancia, hechos históricos y realidades sociales en esta creativa historia de ficción: el Muro de Berlín, el marco político y social de una Nicaragua hundida en la pobreza y marcada por la lucha. El complejo retrato de un barrio pesquero del norte de España, antes durante y después de la Guerra Civil o la migración de los nuestros entre otros.
Los homenajes
A la literatura, a la mar, a la solidaridad y la humildad, a los que enferman por culpa de un mal hábito y a aquellos que un día partieron en busca de una vida mejor o entregaron la suya al servicio de ayudar a que para otros no fuera peor.
Es un pedazo de libro, es un gran trabajo y una vez terminado hay que reconocer y valorar profundamente que novelas como esta, y fuera del puro entretenimiento, son por encima de todo un gran homenaje al buen lector. ¡Bravo seis veces!
Y bravo, bravísimo tu reseña!!! Qué bien has sabido plasmar todo lo que hay en esta novela sin dejar fuera un detalle y sin decir más de la cuenta. Para eso hay que tener talento. Y lo tienes de sobra!!!
ResponderEliminarBesotes!!!
Ja, ja, ja. Muchas gracias. Me llevo de esta novela mucho, me acordaré siempre de Greta y ha sido un gran placer comentar la lectura contigo. Que no me faltes nunca. Un abrazo.
EliminarY el séptimo Bravo por tu reseña. No te has dejado nada en el tintero, lo has dicho todo sin contar nada, el embotellado es algo que todo el mundo debería conocer y practicar. Besos mil.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Gema. Cuando leí ese pasaje recordé a Murakami y sus cajones literarios. Desde luego que no supera en originalidad al embotellado de la que ya es una yincanera más: Pilar Sánchez Vicente. Besos mil y mil y un besos.
EliminarNo dejas de sorprenderme Ana M y sigo esperando tus impresiones con ansiedad, para ver por que derroteros y con que palabras expresaras lo que poco más o menos ya sé o intuyo, esta lectura simultanea es la primera en la que he estado ausente por lo que no sabía que te había parecido el libro, la impresión ha sido doble, me sumo a los bravos que ya se han gritado por aquí
ResponderEliminarMuchas gracias, Carmina. Me ha encantado y espero que esto se note en lo que he escrito. Encontrar una palabra que lo defina sin caer en la parodia es muy difícil. Escoge entre admirable o un GUAUUUU. La elaboración del libro, fuera del mero entretenimiento, es una pasada. Hay que decirlo con claridad. Un abrazo
EliminarQue placer leerte con un buen café por la mañana y los pájaros piando en la terraza. Es una de esas sensaciones para embotellar y como bien explica la novela recuperar cada vez que te haga falta. Gran reseña y gran libro. veo que ambos lo hemos disfrutado al máximo, tu más con Greta y yo más con la Chata. Embotellando en 3, 2, 1... ;) Un beso.
ResponderEliminarGracias y efectivamente grandísimo libro. Embotellado queda este comentario y, además, con una etiqueta especial: qué pena que Domiar no sea un personaje de ficción. ¡Fan total! Un abrazo y tres besos (a lo francés).
EliminarMe uno al entusiasmo general de la reseña que, en este caso, es el mismo que hacia la novela. ¡Virgen del amor hermoso las satisfacciones que nos ha dado". Y oye, que has tocado más palos que algunos virtuosos del flamenco. Y si, además de estar con todo lo que dices, yo también me enamoré de Greta por sus excesos, por ese meterse en charcos durante toda su vida y salir no siempre bien parada de ellos. Lo que ocurre es que nunca la he querido comparar con la Chata, que también me ganó con su desparpajo, con sus insolencias, con sus ganas de vivir pese a todo, incluso a la edad. A fin de cuentas, ambas son como dos gotas de agua, aunque medie un océano entre ambas.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, Anita. Obvio, has dado en el clavo: no se pueden comparar porque son idénticas. Claro que el personaje top es la Chata, pero sigo insistiendo en que dar vida literaria a Greta es mucho más complicado. La Chata no necesita una escritora detrás que le dé voz, pues menuda es ella. Un abrazo y la elección de este libro ha sido de 10. Te felicito. Si no fuera porque formo parte de #SoyYincanera, no hubiera caído en mis manos. Abrazo sentido.
EliminarUna reseña a tu estilo, es decir, de 10 sobre 10; no se que decirte que no te hayan dicho antes, que me ha gustado mucho, mucho, mucho, mucho, mucho y mucho. Un beso
ResponderEliminarGracias, Ángela. Se te estima tres veces más y se te tiene en consideración cuatro. Lo cierto es que la novela me ha dejado K.O. Qué gran trabajo. Un abrazo enorme.
EliminarQué razón tienes en señalar la inteligencia con la que está escrita la novela. Es una novela tan redonda en todos los aspectos..... Me ha gustado eso de que embotellemos la lectura. Es el fin perfecto para un libro que nos ha dado tantas satisfacciones. Muy buena reseña. Bss
ResponderEliminarGracias, Concha. Sí mil veces. Uno puede ser un gran narrador, tener mucho que contar... Pero «Mujeres errantes» es, además, un enorme puzle: de historias, de historia..., y encajar todo ello en un trabajo tan inolvidable y entretenido es muy difícil. ¡Inteligencia literaria! Besos, abrazos y para la rubia lo mismo.
EliminarPedazo de reseña, Ana. Es tan difícil expresar tanto sin decir nada, que sigo impresiona es por tu forma de contar sin contar. Concuerdo contigo en que se trata de una novela completa y redonda en que los personajes, hacen partícipe al lector de sus vidas. Una gran lectura que como tod@s l@s que participamos en esta lectura simultánea, hemos disfrutado de principio a fin.
ResponderEliminarJa, ja, ja. Qué amable, de verdad. Me acabas de alegrar el día, porque a mí escribir me genera muchísima tensión (no me gusta). Voy mejorando (creo que faltas ortográficas no tengo, sí gramaticales) desde la primera entrada, pero solo es mi impresión: lo que yo me digo al leerme, otra cosa es... Gracias. La novela es fantástica y hay que leerla sí o sí. Efectivamente ahí están los grandes personajes que ha creado, obvio. A través de ellos nos ha narrado mucho y bien. Desde luego que me he quedado enamorada del buen hacer, de la sensibilidad y de la inteligencia de su autora. Un enorme abrazo, amiga.
EliminarMuy buena reseña, coincido xoncontal igual que con casi todas las Yincaneras que el libro ha sido especial, de esos que te llegan al corazón. Gracias
ResponderEliminarTotal. Es un pedazo de libro, no hay duda. Un abrazo.
EliminarExtraordinario y admirable encaje de bolillos literario, sin duda alguna, como bien dices en tu reseña, que nos ha llegado a todos en mayor o menor medida, ya sea desde manos de Greta, que parece que ha sido el personaje que más te ha gustado (estoy de acuerdo en que necesita la voz narradora de la autora para destacar) al de Julia, la Chata, con el que muchos nos hemos sentido identificados (a mí me ha recordado a algunos de mis mayores contando historias de su niñez). Una trama bien hilvanada, que toca muchos y múltiples temas y que sin duda ha hecho las delicias de los que hemos participado en la lectura conjunta, que nos ha descubierto a una autora a la que sin duda no dejaremos de seguir la pista, y a unos personajes que se mantendrán por mucho tiempo en nuestra memoria. Como siempre te digo, admiro tu forma de afrontar las reseñas a modo de pinceladas, destacando de manera concisa puntos en los que los demás también nos hemos fijado pero que en ocasiones contamos dando muchos más rodeos. Un bravo por tu reseña, y desde aquí te animo a seguir publicándolas, a pesar de lo poco que dices que te gusta escribir. Yo sigo leyéndote, así que anímate a seguir.
ResponderEliminarBesos.
Te doy la razón en todo. Sí, tengo que reconocer que Greta me gustó muchísimo. Como bien se ha comentado más arriba ella y la Chata no se pueden comparar, pero sigo pensando que es más fácil crear a la segunda con documentación que a la primera. Greta se lleva algo más que la imaginación de la autora, estoy segura. Gracias por tus comentarios y tendré en cuenta tus ánimos. Admiro a los que os gusta escribir y encima poseéis la facultad de abrir el grifo y que salgan las palabras a chorros. Un abrazo.
Eliminar